Es necesario reforzar el proyecto europeo para afrontar en mejores condiciones un mundo en transición
Es necesario reforzar el proyecto europeo para afrontar en mejores condiciones un mundo en transición: esta fue la principal conclusión de la mesa redonda celebrada el 4 de marzo en la sede de la Representación de la Comisión Europea en Madrid con el título “Políticas europeas para un mundo en transición: retos ante las próximas elecciones europeas”. El acto, organizado por el Comité Económico y Social Europeo (CESE) en colaboración con la Representación de la Comisión Europea en Madrid, contó con la moderación de Eva Contreras, redactora jefa de Economía de Servimedia, y la participación de varios miembros del CESE.
Los principales temas debatidos fueron la descarbonización desde el punto de vista de la agricultura y su contribución a los objetivos de desarrollo sostenible, la digitalización y la necesidad de invertir e innovar más en intangibles, junto con la necesidad de involucrar más y mejor a la sociedad civil en la búsqueda de soluciones.
Estas cuestiones se abordaron en el marco de una Unión Europea más fuerte e integrada, porque «sin mercados que permitan generar economías de escala», como el mercado interior europeo, «es muy difícil competir con gigantes digitales», aseveró Antonio García del Riego, miembro del CESE en representación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). En la misma línea se pronunció Julio Linares, presidente de la Comisión de Sociedad Digital de la CEOE, quien afirmó que «en la transformación digital nos jugamos el futuro» y Europa tiene que ser capaz de priorizar y estar más coordinada.
Entre los sectores estratégicos a tener en cuenta, José Manuel Roche, miembro del CESE en representación de la Unión de Pequeños Agricultores, defendió el agrícola, al igual que Javier Alonso, responsable de cambio climático de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG). En concreto, Roche destacó la función que cumple la agricultura como vertebradora del territorio y, por tanto, en favor de la cohesión social. Asimismo, apostó por la profesionalización y advirtió del efecto pernicioso que los postulados populistas pueden tener sobre la política agrícola común, que es estructural y consustancial al proyecto europeo. En esta misma línea, Javier Alonso destacó que la agricultura es parte de la solución al desafío de la descarbonización y el cambio climático, reclamando a continuación la necesidad de que «la Administración acompañe».
Por su parte, María Nikolopoulou, miembro del CESE en representación de Comisiones Obreras, puso en valor los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, calificándolos como «una oportunidad para corregir riesgos sistémicos». Desde esta perspectiva, expresó su confianza en que el resultado de las próximas elecciones europeas ayude a ser «más conscientes» de este desafío, que requiere la implicación de toda la sociedad. José María Zufiaur, miembro del CESE en representación de UGT, enfatizó la importancia de asociar a la sociedad civil al proceso decisorio europeo en todos los ámbitos, como los ya mencionados, concluyendo que todavía es preciso recorrer mucho camino para alcanzar una integración europea real en los planos social, económico y político.